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Los factores políticos, económicos y sociales están cobrando un peso que a los gobiernos ya les está resultando difícil de sobrellevar, y es por ello que estamos ingresando a la última etapa de la cuarentena en donde un grupo de personas irán retornando progresivamente a sus actividades con los implementos de seguridad, y habrá otro que continuará trabajando desde casa, y para ellos existirá un líder a distancia.

Tal como comentábamos en artículos anteriores, el trabajo desde casa ya viene practicándose desde hace algunos años atrás, evidentemente en otro contexto, bajo ciertas condiciones y perfiles de puestos específicos, y en la actualidad las organizaciones impulsadas por las medidas del estado para controlar la crisis sanitaria que estamos enfrentando, podemos observar que esta práctica ha evolucionado, las industrias han desarrollado en tiempo récord plataformas digitales para la continuidad del negocio ampliando, adaptando o creando puestos que cumplan con estas características.

El equipo es el reflejo de quien lo lidera, y en este escenario se percibirá más que antes, es por ello que el desafío es grande. Aquí podemos enumerar algunos consejos para quienes tienen esta responsabilidad:

  • Una adecuada planificación impactará positivamente en las acciones y resultados del equipo, es el líder quien asume esta responsabilidad con el fin de delimitar y delegar las tareas y supervisar los tiempos, de ser eficiente en el ordenamiento, priorización y gestión siempre bajo el enfoque estratégico de la organización. A su vez, debe ser también quien motive a los miembros que planifiquen sus actividades, de esta manera favorece la interacción interna del equipo, y de ellos con el resto de áreas. Esto también implica la coordinación y los tiempos de respuesta en las tareas operativas, el líder es el gestor de las agendas, de incentivar la sinergia y también debe saber cuándo alejarse para dejar trabajar y cuándo acercarse para apoyar.

“El líder es el gestor de las agendas, de incentivar la sinergia y también debe saber cuándo alejarse para dejar trabajar .

  • Gestionar las emociones y el reconocimiento del esfuerzo de los miembros del equipo es quizá una de las responsabilidades más gratificantes y difíciles para el líder, y más aún en estas circunstancias. No sólo se valora ser un experto en “administrar” la felicitación o la recompensa, siempre valdrá mucho más la autenticidad y la alegría genuina cuando se cumplen los objetivos o se sobresale en los resultados en lo individual y colectivo, compartir ese estado de felicidad y orgullo se le denomina compersión. En este campo también podemos considerar el feedback, herramienta poderosa que se emplea para resaltar los aspectos positivos y aquellos que hay que mejorar, del líder al equipo y viceversa, y en este caso debe ser lo más cercano que el contexto lo permita, es decir a través de una reunión virtual o una videollamada.

  • Superar las barreras de comunicación es un gran reto, podemos decir que hoy en día existen muchas herramientas que cumplen con la función principal de enviar el mensaje, informar, acercar pero aún no es capaz de transmitir la esencia del lenguaje no verbal, aquel que se percibe cuando estás frente a frente con la otra persona, por lo tanto el líder debe desarrollar sus habilidades de redacción, desenvolvimiento en llamadas o video conferencias para conseguir reducir al máximo el margen de malinterpretación, siempre conservando la asertividad, empatía y la cortesía. Lo importante a destacar es la gestión de asuntos y su priorización, los más complejos se deben atender en reunión virtual o videollamada, los otros temas se pueden resolver por chat o una llamada telefónica más eficientemente.

  • Demostrar un interés auténtico por el equipo que en tiempo de crisis cobra vital importancia, la mayoría de organizaciones han duplicado sus esfuerzos para cambiar su modelo de negocio, procesos, la metodología de trabajo y muchas cosas más para adaptarse a la realidad, es aquí donde los empleados se han visto golpeados por el estrés, sobrecarga laboral e invasión de sus horas personales, el líder no es ajeno a esto, mas bien le ha tocado la difícil tarea de lidiar con sus propios asuntos y los del equipo, es en esta situación donde emergen factores personales como la empatía, entereza, control emocional, motivación, razonabilidad y capacidad de reacción, todo ello le servirá para gestionar los estados individuales y mantener encendido el espíritu del equipo.

Experimentar cambios drásticos implica una rápida evolución, desarrollar recursos y despertar aquellos que estaban dormidos a medida que las exigencias se vayan presentando. Lo que nos resta es detenernos e invertir tiempo para realizar una autoevaluación, potenciar las fortalezas, analizar y trabajar en las debilidades, practicar lo aprendido y prepararnos para futuras ocurrencias.

Autor: Jaime Julca Mora
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