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UN ANTES Y UN DESPUÉS.

Es momento de aceptar que aquel estilo de vida que llevábamos ya no volverá, de aquella libertad de ser, hacer y de relacionarse, pues estamos frente a uno de los cambios más drásticos como sociedad que de seguro jamás hubiéramos imaginado.


Actualmente podríamos decir que nos encontramos pasando de la etapa de negación a la de ira y frustración mezclada con histeria e ignorancia, la paranoia del contagio y el pavor de ver que el dinero se acaba y no poder producir más para satisfacer las necesidades básicas, las deudas, etc., todo esto es algo que nunca hemos experimentado, una pandemia en donde todos estamos amenazados, sin excepción.

A alguno de nosotros ya nos ha ido afectando, nos hemos deprimido en sus diversas manifestaciones, nos hemos hastiado de la rutina y del encierro, sentimos ansiedad, temor por lo que está por venir, y eso tenemos que aprender a sobrellevarlo, así no queramos, es el escenario que nos ha tocado vivir, no hay otra alternativa.

La estrategia

La estrategia más válida y aceptada que proponen los expertos para poder frenar el avance del contagio es simplemente el aislamiento social durante un tiempo aproximado de dos a tres meses, luego ir liberándonos paulatinamente, el objetivo que se busca cumplir es aplanar la curva de contagio, es decir, controlar la propagación del virus, y para ello es necesario que las personas nos alejemos unas de otras, que nos confinemos y tomemos reglas estrictas de prevención hasta que se logre la inmunización del grupo que puede tardar años o hasta que se descubra la vacuna para contrarrestar la enfermedad, la que aún no terminamos de conocer ni sabemos cuánto daño pueda hacer, y por lo tanto no vemos todavía las secuelas que pueda traer en nuestra conducta futura. Mientras el virus se mantenga en una persona los brotes van a ocurrir una y otra vez, y va a depender de la rapidez de reacción de los sistemas de salud para controlarlo.

En esencia, la forma en que hacemos las cosas cambiarán, cómo nos aseamos, cómo trabajamos, cómo practicamos deporte, el salir de casa, hacer las compras, cómo controlamos la salud, cómo educamos a nuestros hijos y cuidamos de la familia en general. Desearemos que el confinamiento termine cuanto antes y retomar nuestra vida normal, pero ya nada será igual, o por lo menos la mayoría de cosas no lo serán.

 

La palabra clave es cambio”

 

¿Qué implica todo esto a nivel psicológico y social?

Vamos a reducir el contacto social, así sea por condicionamiento o por paranoia colectiva, hasta miraremos al de al lado como potencial amenaza, peor si tose o estornuda, nuestras reuniones sociales se verán restringidas automáticamente, evitarás ingresar a algún restaurante, tienda, gimnasio, discotecas, bares, estadios, conferencias o lugar público con mediana o mucha cantidad de personas, cruceros, aviones, transportes públicos, escuelas, universidades, guarderías y quizá vamos a preferir trasladarnos de manera aislada o quedarnos en la protección de nuestra casa.

La palabra clave es “cambio”, y lo primero que podemos hacer es aceptar que nada de lo que hagamos podrá detenerlo, es inevitable e imparable, cualquier esfuerzo en contra será estéril y lo mejor será tratar de enfocarnos en cómo coger esta ola y surfearla, y hasta podría ser deseable ya que nos reta a realizar cosas nuevas y en consecuencia hace que nuestras vidas estén lejos de ser monótonas.

Adaptación al cambio

El cambio puede ser un proceso, y en otras ocasiones son repentinos como el que estamos experimentando, claramente podremos ver cómo era nuestra vida antes y después de la pandemia, y más aún cuando casi ni queda espacio para la negación, así de brusco. Resistirnos es la clara manifestación del dolor por la pérdida que implica esto, aquello que ha cambiado simplemente deja de existir, pero esto no quiere decir que sea negativo, tal vez así lo percibamos en un inicio, sin embargo, luego puede resultar hasta beneficioso y liberador con un universo de nuevas posibilidades.

Será un proceso de adaptación que tomará un tiempo, años quizá, y como es natural, a algunas personas les afectará más, a otros menos, la idea es tenerlo presente para poder dar el giro más sano posible a nuestras vidas, que podemos ser alguien nuevo y elegir cada día, es una enseñanza sobre el acto de renunciar que retribuye con nuevos caminos, dejar el pasado para despertar la ilusión y abrazar las cosas que vendrán.

Autor: Jaime Julca Mora
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