persona cansada
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Tal como tratamos en artículos anteriores, la implementación del teletrabajo como alternativa para ejercer una actividad laboral de forma remota fue inclusive parte del paquete de beneficios que ofrecía una empresa a sus empleados, y evidentemente era bien visto poder trabajar en la comodidad del hogar tal vez uno o dos días a la semana, luego aparecieron puestos que se realizaban enteramente desde casa o en un espacio fuera de la oficina, y en la situación actual por la que atravesamos, ese concepto inicial se ha transgredido y pasó a ser una obligación por seguridad, y cuando hay una obligación de por medio, es más complicado pasar por las etapas naturales del cambio en donde prima el rechazo.

El inicio del 2020 al ser un panorama de completa incertidumbre, muchas empresas evaluaron sus procesos y decidieron trasladar una parte o todas sus actividades a desarrollarse de manera remota, y bajo la percepción del empleado el teletrabajo fue concebido aún como beneficioso, se ahorra tiempo de traslado, el contacto con la familia, la comodidad del hogar, pero… Al transcurrir el tiempo y ver que no había hora para regresar a la oficina, esa idea fue decayendo.

“…y cuando hay una obligación de por medio, es más complicado pasar por las etapas naturales del cambio en donde prima el rechazo.

Es en este punto precisamente donde las primeras consecuencias comenzaron a presentarse y que a continuación mencionaremos sin un orden en particular:

  1. Impaciencia, que muchas veces se manifiesta con la ira y frustración, se debe a que la persona va perdiendo paulatinamente la capacidad de esperar algo o a alguien sin alterarse, también a realizar tareas en las que se necesita calma y minuciosidad para completarlas, es un factor del desempeño individual y del equipo de trabajo. Esto afectará mucho el rendimiento individual y sin duda alguna a la relación con el equipo.
  2. Soledad, es la otra variable importante a considerar, puede verse acompañada por la sensación de abandono y por consiguiente tristeza, desánimo, sensación de vacío y afectando la productividad. Aún así con la optimización de las redes de comunicación, suplir el contacto físico con el acercamiento que provee la tecnología sumado a que no se debe tener relación cercana con otras personas y salir a la calle libremente como era antes, estos síntomas pueden empeorar con el tiempo y se ve cuando las emociones señaladas se prolongan y se hacen permanentes.
  3. Ansiedad, básicamente es el temor a lo que pueda pasar, el estado de incertidumbre la desencadena. El escenario actual es perfecto para alimentarla, y con ello la inseguridad e impotencia de no poder planificar las actividades o establecer metas certeramente por el simple hecho de no saber qué pasará mañana, algo que antes era normal pero que ahora estamos más sensibles y vulnerables a ello.
  4. Dificultad para adaptarse, y es que ir en contra de la naturaleza humana como ser social en todas las etapas de su evolución de millones de años y pasar a la virtualidad así por así es hasta inimaginable, diremos que es muy difícil que la tecnología pueda reemplazar el contacto entre las personas, será una herramienta de acercamiento, facilitación y recreación pero no podrá compararse o sustituir la experiencia de una persona interactuando frente a frente con otra.
  5. Estrés como respuesta automática frente a situaciones de amenaza o de presión, en donde nos vemos comprometidos a nivel físico, mental y emocional, el estrés es hasta catalogado como una enfermedad de la era moderna, y que ante un panorama de crisis como el actual, ya se puede haber escapado totalmente de las manos. Los signos y síntomas son múltiples, encontraremos dolores de espalda, cuello, cabeza, alteraciones en el proceso digestivo, sexual, cardíaco, respiratorio, cansancio, problemas para concentrarse o de memoria, entre otros.

¿Qué hacer frente a esta problemática?

Desde el punto de vista de la empresa y considerando que el cuidado de la salud psicosocial de los empleados es primordial ahora más que nunca, se deben adoptar diversas medidas preventivas a través de programas donde se busque la sensibilización y la toma de conciencia de las señales de alerta, estar vigilantes de las actitudes y las relaciones interpersonales, desarrollar empatía y sensibilidad de parte de los líderes para que estén abiertos a escuchar a su equipo de trabajo y a desarrollar la empatía ante las diversas problemáticas que se presenten así como estar predispuestos a ser un apoyo y agentes de facilitación. Se pueden implementar campañas de despistajes psicológicos, realizar talleres de gestión de las emociones, y acompañar a las personas que lo requieran.

Si necesitas ayuda con tu equipo de trabajo, nosotros podemos ser de gran ayuda en estas circunstancias de cambio. Contáctanos al correo info@verandercorp.com 

Autor: Jaime Julca Mora
http://www.linkedin.com/in/jaimejulcamora