La pandemia del coronavirus nos ha obligado a realizar una serie de cambios drásticos en nuestra vida cotidiana y a idear nuevas maneras de hacer las cosas, a crear una nueva normalidad, y por supuesto, una transformación del mercado laboral.
La economía global fue severamente afectada, sectores que surgieron y otros a punto de extinguirse, millones de personas que perdieron sus empleos, muchos sumergidos en una crisis emocional y el pánico que ocasiona la incertidumbre. Los especialistas plantean que apenas hemos ingresado a la tormenta y que para superarla no bastará con fortaleza y resistencia, sino que se necesitará también desarrollar nuevas habilidades en tiempo récord, en pocas palabras, adaptación al cambio.
Las distintas organizaciones se encuentran replanteando sus actividades a fin de garantizar la continuidad del negocio, y esto implica el inminente crecimiento en el interés por el uso de la tecnología, es decir conceptos como la automatización, robotización y la inteligencia artificial serán cada vez más comunes. De acuerdo al informe sobre el futuro de los empleos realizado por el Foro Económico Mundial (WEF – The World Economic Forum), señala que para el 2025 el trabajo global automatizado incrementará de un actual 33% a un 47%, la actividad humana se reducirá, la de la máquina crecerá y observaremos que el 43% de las empresas acortarán su fuerza laboral.
“Conceptos como la automatización, robotización y la inteligencia artificial serán cada vez más comunes.”
De estas cifras se concluye que para ese año se habrán eliminado más de 85 millones de puestos de trabajo pero que a su vez surgirán 100 millones de empleos nuevos, evidentemente enfocados más a la creación o gestión de la tecnología.
¿Qué representa esto? Pues es un gran reto en la que la adquisición de nuevas herramientas para nuestra caja será una prioridad.
¿Y cuáles son esas nuevas herramientas (o habilidades) que debemos adquirir? Según el WEF son las siguientes:
- La capacidad de afronte ante nuevos desafíos, lo que incluye el pensamiento analítico, crítico y resolutivo, creatividad, innovación e iniciativa para dar solución a problemas de todo tipo y complejidad de manera eficiente.
- Habilidades de autogestión, ser disciplinado, estar permanentemente abierto al aprendizaje, predisposición para adoptar nuevas estrategias, cultivar la resiliencia, el manejo del estrés y lograr flexibilidad ante diversos escenarios.
- Dominio de recursos tecnológicos, específicamente en la utilización, seguimiento, desarrollo, programación y control.
Aquí vemos claramente dos perspectivas, la de la empresa que requerirá entrenar a sus empleados (y potenciales empleados) y la de la persona que tendrá que capacitarse por su cuenta en busca de encajar en los nuevos perfiles de puesto y reinsertarse en el mercado laboral.
Ahora, esta transformación también afectará el corazón de las organizaciones, su clima y cultura, y como es evidente, otro gran desafío será lidiar con la satisfacción de sus empleados cuya salud emocional ha sido comprometida durante todo este tiempo de pandemia.
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Autor: Jaime Julca Mora
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